jueves, 27 de agosto de 2015

El Augusto Descanso


¡Uy! Casi se me pasa.

Y esta no es una época cualquiera, es un periodo augusto. Hemos merecido, ¡al fin!, el tan deseado mes de agosto.

Hurgo en su procedencia, y me informo de que al emperador romano Octavio, se le llamó augustus. Entonces, tal como había ocurrido anteriormente con Julio Cesar que al mes quintilis se le denominó iulius, el mes sextilis pasó a nombrarse agustus.
Y según la Real Academia Española de la Lengua, augusto es el que infunde o merece gran respeto y veneración por su majestad y excelencia.

Con todos esos antecedentes Agosto, etimológicamente, parece destinado a ser el mejor mes del año. Por eso y por el recibo de las buenas vibraciones que entre todos los habitantes del hemisferio norte le enviamos durante todo el año.

Los que se libran con añoranza de este mes, son los que trabajan en el sector turístico en lugares turísticos, que son esos lugares a los que vamos todos los que -¡por fin!- hacemos vacaciones. Y a los infelices que les está vetado el ocio, por desempleo.

No puedo dejar de pensar en lo inducidas que están nuestras vidas, lo programadas que están nuestras decisiones, incluso en el momento que nos zambullimos en esos días que creemos nuestros, en que nos decimos libres, en que pretendemos gestionar nuestro retozo…

Si tenemos en cuenta cuando vacan en el hemisferio sur (creo que su verano empieza el 21 de diciembre), valoraremos la importancia del calor y los días largos para disfrutar del mitificado descanso.

Pero, en nuestros lares, los días más largos pertenecen al mes de Junio.
Junio (del latín Iunius, mes de Juno) es el sexto mes del año en el Calendario Gregoriano y tiene 30 días.
Este mes era el cuarto en el primitivo calendario romano y recibió el nombre que lleva según algunos en honor de Junio Bruto fundador de la República romana, mas otros creen que era llamado así por estar dedicado a la juventud y no falta quien opina que tomó su nombre de la diosa Juno1En iconografía, se le representa bajo la figura de un joven desnudo que señala con el dedo un reloj solar para dar a entender que el sol empieza a bajar y teniendo en la mano una antorcha encendida como símbolo de los calores de la estación.1De acuerdo con una tradición, la piedra de junio es la perla,2 y su flor, la rosa.3

En junio, se produce la  noche mágica de San Juan y se queman en la hoguera inmundicias y rencores. Aparentemente éste, si cabe, podría ser un mes aun más idóneo para vacar. Así que no entiendo el porqué hemos institucionalizado apelotonarnos en el sacralizado agosto. Bueno sí, para conciliar todas las holganzas de una misma familia y porqué, por lo que sea, a las industrias y demás poderes, les interesa inmovilizar el país durante esta época concreta. Y, vete aquí, que ya se ha creado una pelota enmarañada que no se puede desliar. Y además va a más.

¡Incluso la sanidad está de vacaciones!

Conozco a una enfermera que siempre había ociado en septiembre, obligada ahora a hacerlo en agosto. Y una enferma pendiente de un cultivo que, como se inició a finales de Julio, no estará al corriente de los resultados hasta septiembre. (Quiero pensar que si se hubiera detectado algo malo, se hubiesen tomado medidas. Pero eso se sabrá a la vuelta de vacaciones).

Una cosa que me llama especialmente la atención son las familias que pasan el mes de agosto en su segunda residencia o en una tienda de campaña. Ahí sí que puede valorarse la especial abnegación de una mujer.

¿Qué clase de vacaciones son esas? Niños y marido 24 horas al día con el aditamento de ocuparse de ellos y de las faenas domésticas, con menos comodidades que en su vivienda habitual. ¿Cómo pueden pasárselo en grande?

Lo mejor que tiene este mes es todas las esperanzas que uno pone en él durante todo el año. “Iremos a la playa” o “Haremos un recorrido por el sur” o “Ya estamos preparándolo todo para el camping” o “Mi mujer este año quiere conocer el pirineo” o… “A ver si se disparan las ventas”, “Este mes haremos caja para todo el año”…


Lo peor, la realidad atestada de incendios, basura, colillas, bañistas, piragüistas, escaladores, parapentistas, senderistas, caballistas, surfistas y un largo etcétera (¡si hay gente hasta en los museos!)… Una infinidad de hormigas humanas por tierra, mar y aire. Apretujándose. Haciendo colas. Ensuciando. Chillando. Pero, a fin de cuentas e incomprensiblemente, ¡disfrutando! 


¡Qué grandeza!

Y después, el regreso al trabajo, a los coles, a los médicos, a las interminables colas del paro y de la circulación a horas punta…


Se me asemeja a la vuelta a clase después de la media hora mandada de recreo. ¡Eso es!: agosto es como ese ratito de recreo en el que estás obligado a  jugar (sin conocer demasiado las reglas), a ventilarse,  a distraerse de la cruda realidad…

Al mismo ritmo que vamos perdiendo el saludable colorcillo tostado, disipamos la gratitud del recuerdo, para ir tramando nuevas expectativas.

Habrá más asuetos: Navidad, Semana Santa y todos  los puentes posibles que son como tragos refrescantes en medio del desierto… pero nada puede competir con este ajetreado “descanso” del agosto.  

Mi amigo Jordi dice que el año debería empezar en septiembre. 

(Personalmente, adoro septiembre para feriar. Es verdad que los días ya se han acortado un tanto y que la puesta de sol se te viene encima antes de lo esperado, roja, encendida y hermosa. Pero es un mes con  serenidad, espacio para respirar, todavía calor y buen tiempo).

En fin, eso: Jordi dice que en agosto ”se para el mundo” y que en septiembre vuelve a rodar. Y que, por lo tanto, después de esas largas y augustas vacaciones, además del nuevo curso escolar, debería comenzar el año laboral y contable.

Aquí queda su idea.

Aun estamos a tiempo. El 31 de agosto, a las 12 en punto de la noche, cuando suenen las 12 campanadas (si no tenemos un reloj carrillón o no conseguimos conectar con la Puerta del Sol, se puede golpear una cazuela rítmicamente, por ejemplo) engullamos las 12 uvas de la suerte (que buena falta nos hace -y además ya hay uvas variedad moscatel que son mucho más dulces y no como las sosonas de diciembre-)… ¡Feliz mes séptimo (según los romanos) y próspero Año Nuevo!



viernes, 5 de septiembre de 2014

SUUUUUUUUPERMAN!!!!!!!!

En un cuentito anterior, no hace mucho, andaba yo quejándome (¡qué novedad!), de los venenos que ingerimos cuando comemos, ya que la industria alimentaria, con total consenso de la administración, nos engaña con peligrosos artificios.

Y lo dicho, dicho está. Pero, uno de los comentaristas de mi escrito, me ha hecho abordar otros razonamientos.

Exponía él: …, en a penes 130 anys hem triplicat l’esperança de vida. (sic)  Mi amigo lector, ha pasado por alto a un tal Matusalen que siempre nos ha servido de referencia para los longevos: -“Tiene más años que Matusalen”-. Y que la Biblia está llena de viejitos  indestructibles. http://www.sindioses.org/genesis/genesis5.html

Alegorías aparte, lo que sí se puede comprobar es que el hombre, desde hace siglos, ha intentado conservar los víveres con lo que tenía a mano (sal, grasa o aceite, frío –congelación-, calor –humo, esterilización, deshidratación…-, etc.) En el transcurso de los años, ha ido realizando nuevos “hallazgos” al respecto, pero, por lo que entiendo, los grandes avances  en este sector (aditivos, conservantes químicos, embellecedores  y otras porquerías por el estilo que han conseguido, por ejemplo, hermosos tomates que –aunque desconozcamos sus efectos secundarios-, duran un montón lozanos, y que no saben a nada), se empezaron a comercializaron allá por los años 60, poco más o menos. http://www.ual.es/~jlguil/Tec%20Aliment%20Origen.htm

El desarrollo y evolución hace que me plantee si es posible darle la razón a esa triplicación de esperanza de vida. Sabemos que hay una generación más longeva (los que han cumplido ya 80 años o más), pero ignoramos si las personas que tienen hoy un máximo de 50 y pico, las que nacieron por los 60, seguirán el mismo camino. Por el momento conocemos que las nuevas generaciones son más altas y más obesas. Y, según dicen los médicos, la obesidad no es una buena aliada para alargar la vida.

Paradójicamente: “Lo que no mata, engorda”.

A mí me dan miedo las grandes estadísticas porque no sabemos cuando empiezan a contar, ni quién las empieza a contar, ni el propósito de contarlas.

Higiene, calefacción, alimentos más variados, bienestar general, ayudan a vivir más y mejor, eso debe ser auténtico.  Y nuevos hábitos generan nuevas expectativas. Unas veces buenas y otras no tan buenas (no en vano algunos dermatólogos nos alertan de los estragos que  puede causar a nuestra piel el uso abusivo del jabón).

Pero para mí aun nos faltan parámetros para hablar de longevidad, cuando estamos detectando cánceres en individuos cada día más jóvenes, incluso niños, así como ICTUS, infartos, ELAS (terrible enfermedad degenerativa progresivamente con mayor número de afectados, no localizable -que yo sepa- en épocas antiguas) y demás enfermedades letales.


Sin ir más allá, caminando, veo una pequeña hierba que se abre paso en un poro del asfalto… Y nosotros, ilusos, pensamos que estamos acabando con la naturaleza, ¿estamos seguros de quién ganará la batalla?

Voces alarmadas nos conciencian a cerca del calentamiento global (chocantemente el invierno pasado, en New York,  estuvo nevando y con más frío que nunca), y nos increpan que es por nuestra culpa: conducir coches, mantener industrias, producir electricidad, refrigerarse con aire acondicionado, caldearse con calefacción, generar metano en vertederos y en actividades agrícolas… Y no puedo quitarles la razón. Somos verdaderamente unos guarros desconsiderados e insociales que practican el “ande yo caliente, ríase la gente”. (Y, por si acaso, como las centrales energéticas de carbón son muy contaminantes, optamos por las centrales nucleares. Sí, esas que cuando “petan” no dejan títere con cabeza).

Estoy casi acabando este artículo y me llega un correo de Ricken Patel - Avaaz avaaz@avaaz.org  Dice así: El delicado equilibrio de la biosfera del planeta está al límite, poniendo en peligro la vida en la Tierra. Los científicos lo han dejado claro: llegó el momento de ponerse las pilas o irse al carajo. Los líderes del mundo se reúnen en la ONU el mes que viene y todos nosotros, en todo el mundo, tenemos hasta entonces para organizar un día de acción histórico contra el cambio climático -- llamando a la acción colectiva para luchar por todo lo que deseamos.Apúntate para participar: 

Si bien no puedo dejar de recordar lo leído en una ocasión (y de nuevo manejaremos estadísticas) que  uno de los mayores agentes contaminantes atmosféricos son los huracanes y los volcanes, seguidos por los automóviles, las industrias, etc., etc., etc.

En pocas palabras: el hombre no puede ponerse la etiqueta de ser el más “no sé qué”, ni siquiera en lo negativo. Porque tampoco podemos perder de vista que existió una glaciación que cambió totalmente el aspecto de este bonito planeta, sin que estuviéramos de por medio.

Aunque tenga la sospecha de que el ser humano puede provocar su propia extinción, también  guardo la duda de si  en realidad, cuando apareció en este mundo, no venía ya con fecha de caducidad.

Como otras especies.

Porque, queridos míos, si pensamos que nosotros estamos acabando con las ballenas, los canguros, los tigres de Bengala, los oso polares, las tortugas, los orangutanes…, etc. y etc., es que nos hemos olvidado de los dinosaurios, los diplodocus, los pterodáctilos, los ictiosauros y otros ejemplares, tanto aéreos como terrestres o marinos, que dejaron de ser o se mutaron, dando paso a nuevos animales, entre otros al propio hombre, sin que nuestra especie concreta metiera mano.

Una web abundando en el tema:
http://www.sabercurioso.es/2007/08/28/por-que-extinguieron-dinosaurios/

Suponiendo que hubiera un amo de este mundo, se lo pasaría en grande contemplando a nuestra humanidad pedante, que se cree lo suficientemente poderosa como para mutar algo:

-Ha, ha, ha….Ja, ja y ja. Como me dé por salpimentarlos con kriptonita… se van a quedar hechos unos zorros.  

¡Bah!, claro que somos capaces de desaparecer al destruir lo que nos sustenta, pero es sólo una ilusión óptica. Porque cuando sucumbamos, el mundo seguirá. Y esa hierbita que se abría paso en el asfalto, devendrá una selva. 

En definitiva, se nos llena la boca de “he investigado”, “he encontrado”, “he creado”, “he descubierto”, “he transformado”, “he destruido”, “he controlado”,  “he domado” pero, quién sabe, tal vez seamos únicamente el instrumento programado para un reciclaje superior.

¡Cándido superman! Nunca hubieras existido si no fuese por la literatura infantil, por las películas y series americanas y, muy especialmente, por la imaginación de Jerry Siegel y la de Joe Shuster , tus creadores.

Un film para ejercitar la humildad:

sábado, 9 de agosto de 2014

El Momento Perfecto

Mandala de la Vida (sector)

Lo había abandonado. Me convencí a mi misma de que lo mejor era estar callada.

Y en los mudos archivos de mi ordenador, esperan, descaradamente dispuestos a llenar la pantalla de tu ordenador, varios puntos de vista pendientes de que les de la señal de salida. Pero aun seguirán presos un poco más.

Eso ha sido así, porque he hecho mías las palabras del progenitor de Tambor (sí: el entrañable conejo amigo de Bambi, esa película de Walt Disney que ha estado presente en todas las infancias): Tambor, ¿qué te dijo tu padre esta mañana?... –Si no dices algo bueno es mejor que no digas nada.

Me pasa que, aunque arranque con alguna ilusión, acaban amargándoseme las letras. Y no sé si es cosa de mi carácter que empieza a volverse cascarrabias, o de la situación global que me asfixia.

Pues eso: si no soy capaz de soñar una esperanza, es mejor que no diga nada, sea cual sea el motivo.


Pero, está claro que son mis afectos los que me animan a escribir. Esta vez ha sido Gloria la que me ha dicho:  

-Escribe sobre el  mofesu.

Y, después de tanto tiempo de blog abandonado, con el desanimo que provoca que nadie se haya dado cuenta -ni amigos ni enemigos ni familiares ni hipotéticos lectores-, de mi largo silencio, vuelvo a apostar por él.  

Pues sí señora, voy a compartir lo que yo sé de mofesu.

Lo hago porque, asediada por el desencanto, la miseria, el dolor y la impotencia,  mofesu me ayuda a recordar momentos plenos de los que vale la pena hacer memoria. Y porque divulgar su esencia, tan simple y elemental, es echar un cabo a otros, con vacios parecidos a los míos.

Creo que mofesu debería ocupar lugar en una de esas cadenas, no siempre bienvenidas, en que te ordenan: pásalo. O pásalo a 10 personas de tu agenda y obtendrás……. Consciencia de lo bueno que es algo que te está pasando.

Parece ser que la palabreja se la inventó una amiga de mi amiga, en una contracción de su definición: momentos de felicidad suprema. MOmomento de FEfelicidad SUsuprema. Y esa enunciación sirvió como abanderado entre  familia y amistades, para explicar lo inexplicable.

Esencialmente todos hemos vivido  mofesus y los hemos dejado pasar sin prestarles la atención que merecen.  Son esos soplos de éxtasis, tan intensos que no te caben en el pecho, en el que el mundo se detiene y se te llena el alma de gracia. ¡La fortuna de vivir  ese instante!

No es necesario que sean grandes acontecimientos; por el contrario, se produce con mayor facilidad en momentos cotidianos y sencillos en los que sabes valorar aquel detalle que se ha acercado a ti: la brisa que te acaricia el rostro, el mar embravecido o calmo, la caricia de una mano, la contemplación de una flor, el olor a bosque, la sonrisa de un hijo…  

Algunos Momentos de Felicidad Suprema
Son breves, concisos, pero de una fuerza tal, que te sientes la persona más privilegiada del mundo. 

La amiga de mi amiga explica:

…Poco a poco nos fuimos dando cuenta que, no sólo el mofesu surgía espontáneamente por la especial conjunción o conjugación de varios factores a la  vez, si no que observamos dos cosas fundamentales:
1.     que los mofesus teníamos que cazarlos porque si no pasaban por delante de ti sin que te percataras, además  se tenía que estar atento y muy consciente para que supieras que estabas viviendo un mofesu, y poder disfrutar de él, ya que no tienen una lógica clara y exacta.
2.     y también constatamos, ya que en la vida espontáneamente no surgen tantos mofesus como desearíamos,  que se podían en cierta manera, preparar, organizar, planificar, incluso ayudar a que sucedieran… (sic)
 
Parece ser que entre ellos enarbolaban los mofesu como moneda de relación (hoy no he tenido mofesus, ayer tuve 2, yo tuve 5…) y que, en este momento incluso los conjugan:

MOFESAZO
MOFESITO
SEMIMOFESU
SEUDOMOFESU
SUPERMOFESU
ANTI MOFESU   (sic)

Como observarás fácilmente, esos vocablos definen distintas intensidades de sensación.

¿Me voy explicando? ¿Se entiende de qué hablo?

Pongo un ejemplo:

Rafi, relajada, estaba tendida boca arriba, sobre la arena, mirando el cielo limpio y  azul, a la orilla de un mar también relajado. Las olas, iban y venían por su cuerpo, suavemente, una y otra vez, refrescando el calor intenso. En un momento dado, exclamó: ¡Estoy como Dios! Había más gente con ella, pero sólo ella se sintió así. Era su mofesazo.  

Otra demostración:

Mariano se había encontrado con unos amigos que hacía décadas que no veía y habían ido a celebrarlo yendo a casa de uno de ellos. Después de tanto tiempo de alejamiento, se sentía feliz. Pasados los postres, sentado en un mullido sofá, con los ojos entornados, los murmullos de las voces se le antojaron un canto de sirena. Y se dijo a sí mismo: este minuto no lo cambiaría por nada. Otro momento mofesu.

Por lo que entiendo, un anti mofesu sería el escalofrío siniestro que te produce la factura de la luz, por ejemplo. Pero como yo estoy en mi vena positiva y animada, me niego a considerarlo. El auténtico hallazgo es el momento de felicidad suprema. Y eso no puede ser contradictorio. 

Tal vez lo más destacable de un  mofesu, es que, en realidad, no se necesita a nadie en concreto para notarlo. Y que, además, es intransferible. Algo íntimo que nace y muere en ti. Sólo es tu momento de felicidad suprema. Aunque te empeñes, para los otros sólo puede ser más o menos satisfactorio: la dicha completa es tuya.

Y si algún desaprensivo quiere perturbarme el rollo y se atreve a sospechar siquiera que eso es una evasión o algo que patentiza la alienación en la que nos hallamos, le recordaré que son instantes vividos por nosotros, reales, minutos en que todo fue pleno hermoso, gratificante, y mofesu.

¡Faltaría más!


sábado, 11 de enero de 2014

CATHALVNYA>ESPAÑA>EUROPA

Intercambio de correo entre un andaluz adoptado por Francia y una aragonesa adoptada por Catalunya


*France, 16-11-2013

Hola Maya,

Por una vez soy yo quien te escribe, aunque no tengo  tu talento literario, el origen de este panfleto es un artículo que he leído en la prensa  francesa  sobre la historia y la actualidad independentista de  Cataluna. Todo lo que concierne el pasado –la historia- y la actualidad-la independencia- es más o menos conocida, en todo caso, en lo que me concierne, no encontré  nada de llamativo en este articulo hasta llegar al final en el que senalaba que “Artur Mas a fait une visite a Bruxelles pour ouvrir un dialogue directe dans le cadre de la future Independence catalane”.

Esta frase si que ha llamado mi atención y es la primera vez que me he preguntado que significaría una Cataluna independiente y mi  respuesta fue que, aun perdiendo ciertos miembros, una entidad sigue siendo la misma. Mi segunda reflexión fue que si  Cataluna quiere una independencia para recibir directamente las ordenes de Merkel y de Bruselas sin pasar por Madrid, es  hacer mucho ruido… para pocas nueces, en definitiva, una solución no muy interesante . Y aqui me vino un tercer paso, y otras preguntas: Por qué solamente independientes? Por qué no pasar a un plano superior y, a través  de la independencia, llegar a la LIBERTAD ?  .Porque no hacer un pais libre, independiente no solo de Madrid, sino de las notas de los organismos financieros, libre de mercados, libre de la nueva esclavitud que nos impone  el mundo, libre de esta Europa, que funciona a ritmos diferentes e incomprensibles donde la sola norma es ”A rio revuelto ganancia de pescadores” etc. etc.

En definitiva, y paro mi rollo, me gustaría ver una Cataluna independiente y , sobretodo, LIBRE que nos haga sonar con envidia al resto de los espanoles y al resto del mundo. Si sois capaces de hacer realidad estos suenos creo que pasareis a la historia con una H mayuscula y, si me equivoco,
al menos seréis originales, que tampoco es malo en sentido histórico.
Pancarta que se exhibe en la Escuela de Arquitectos de Barcelona
Catalunya, 19-11-2013

Hola: me ha hecho mucha ilusión recibir noticias tuyas, de verdad. Y, además de no compartir contigo tu menosprecio por tu talento literario, me ha sorprendido saberte interesado por el asunto del independentismo catalán, con un acertado análisis del momento y aportando un punto de vista que aun no había oído en sentido positivo en ningún momento. Me refiero al concepto LIBERTAD que tan bien has definido en tu escrito.
Aquí, curiosamente, el que Europa de la espalda a los catalanes (sí, esa Europa de  Bruselas y Merkel) se esgrime como castigo y ruina. De ahí que Artur Mas intente establecer una buena conexión. Lo cual quiere decir que, pase lo que pase, no seremos LIBRES. Creo que, si se consiguiera esa independencia (cosa que dudo), lo único que se ganaría es la supresión del Gobierno Español, uno menos a chupar del bote, que ya es algo. Los catalanes defienden que su destino es Europa y parece que ni España ni Europa estén dispuestas a prescindir de Catalunya. Esa LIBERTAD, tal vez esté más en manos de esos "molestos" colectivos antisistema, porque ellos se cuestionan el modelo político y social que tenemos. 
La verdad es que el tema levanta radicalismo y ampollas, por todos lados.
Para mí el problema se genera en que los países han crecido o decrecido, con total desprecio por la opinión de sus habitantes, por matrimonios, guerras o tratados.
Los detractores del independentismo catalán lo justifican todo, diciendo que Catalunya perdió la guerra. Y así como vascos y navarros pudieron conservar sus fueros, aquí les destruyeron además los derechos.
Puestos a acariciar utopías, a mi me gustaría que no hubiera fronteras y que las personas pudiéramos circular de aquí para allá o vivir en cualquier sitio sólo con RESPETO.
Me gustan los estados pequeños (Países Nórdicos, por ejemplo) porque las comunidades reducidas se gestionan más diáfana y eficazmente. Me gustan los "indígenas" con sus peculiaridades porque me enriquecen. Y ese RESPETO que voy escribiendo en mayúsculas, incluye lo de "a donde fueres haz lo que vieres".
No imposición: RESPETO.
Y bien, amigo mío, no me extiendo más, porque lo mío sí que es un panfleto.
Podría estar dándole a las teclas horas y horas... No sé si me expresado demasiado bien porque la cuestión da para mucho. Espero no haberte aburrido.

Un abrazo fuerte también para ti, mío y de Oriol. 

Hasta pronto.  


*France, 14-12-2013

Hola Maya,

Ya ha empezado la cuenta atrás para la independencia de Cataluna y con buenas noticias, uno de los más altos cargos de le CE dice que si os independizáis no seréis europeos, y que deberéis postular para entrar en esa guarida de ladrones.

Yo sigo con mi tema, si obtenéis la independencia con la deuda que tiene la Generalitat más la que proporcionalmente os corresponda de la actual Espana todo ello en euros y vosotros fuera de esa moneda lo vais a pasar putas y además vais a estar solos.
Pero si pudierais sublimar el objetivo y dar el paso de independientes a libres y los dirigentes dijeran que la  libertad se compra con soledad y con muchos esfuerzos y que inmediatamente pongan en práctica una política para hacer mujeres y hombres libres, que en las escuelas , colegios y universidades ensenen la libertad, en todas las lenguas,  como se ensenan actualmente las matemáticas y las ciencias y  ciencias y matemáticas se ensenaran como utopía, puede que las personas sean capaces de sobrevolar los sacrificios que se imponen,  seréis una gran nación. Al principio criticada y después adorada.
Porque los humanos admiramos, envidiamos, adulamos  etc.,  los científicos, matemáticos y descubridores, pero no nos inclinamos que delante de los pocos hombres libres que la humanidad nos ha dado.

Felices Fiestas


Independencia "patas arriba"
  
Catalunya, 14-12-2013

José María: me parece tan aportador y sensato tu punto de vista, que quiero pedirte permiso para publicar tus 2 correos en mi blog. Si estás de acuerdo, por favor respóndeme. Y si no estás, también. Espero tus noticias. Un abrazo.


*France, 14-12-2013

No me digas que la chaladura es contagiosa. Una vez que lees mis elucubraciones  ya no son solamente mías son también tuyas en la medida que las adoptas y, por tanto, puedes hacer con ellas lo que te parezca.

*Como ya debéis saber, los teclados franceses no tienen “ñ”.   


viernes, 6 de diciembre de 2013

Échame una mano

Aunque lo parezca, no es un Cuento de Navidad, si no de cada día


A ratos, tengo un serio problema, o siento un serio problema, con respecto a la caridad, piedad, solidaridad, humanidad, beneficencia, donativo, ayuda…, llámalo como quieras. Ya de entrada, ni siquiera me gusta ninguna de esas expresiones. Supongo que si lo analizara bien me daría cuenta de que soy una resentida de la educación y que descubro, agazapados en ellas,  contenidos políticos y religiosos  que me pesan como una losa. ¡Qué tonta! Si es precisamente eso lo que buscan dichos vocablos: agarrársete al pecho, meterse en tu corazón y estrujártelo hasta que te sea muy difícil respirar y te supongas parte responsable de las miserias humanas.

Pero ya digo: a ratos.

Otros, cojo todos los palabras con sus correspondientes definiciones,  las embuto a presión en “hagamos lo que podamos” e inicio la peregrinación del “dónde, cómo y con quién obro”. 

Ofertas no me faltan.

En los últimos tiempos, justo en esos en los que empezamos a hablar de la crisis, no escasean gestores,  proposicioes y sugerencias. 

Así pues, además de las campañas periódicas (maratón contra las enfermedades neurovegetativas, contra el cáncer, la lucha contra el sida, tsunamis, huracanes, tornados, tifones y una larga lista que nos asaeta en los medios de comunicación o por el camino, cada día, al leer mi correspondencia electrónica, encuentro mensajes de Avaaz.org, Médicos Sin Fronteras, Manos Unidas, Greenpeace, Amnistía Internacional, Oxfan Intermón, Unicef, Fundación Josep Carreras, Change.org, Aldeas Infantiles SOS, etc, etc., etc…  con cierta frecuencia por duplicado a causa de tener más de una dirección de correo e incluso por triplicado, cuadriplicado, o, o, o…, ¡en fin!, cuando un amigo o familiar decide que soy la persona indicada para apoyar una determinada proposición.

Todo va bien, mientras la fraternidad se traduce en firmas en contra o a favor de actitudes, pero, cuando hay que rascarse el bolsillo, la cosa cambia. ¿Puedo confiar en que el dinero que done (nunca será demasiado porque no nado en la abundancia) llegará a puerto? ¿No se quedará por el camino engrosando las arcas de cualquier desaprensivo (que todos sabemos que los hay en todas partes y, además, más de uno)? Y aquí se me rompe el flujo.

Pero no hay que desanimarse: en cualquier momento y rincón, me saldrá al paso alguna persona pidiéndome la voluntad. Me toparé con ella en el vagón del tren, a la entrada del supermercado (grandes y pequeñas superficies), a la puerta de la iglesia, el cine o el teatro, en el tramo más inhóspito de la calle… Y, desde luego, su “voluntad” es dinero. Y, naturalmente, mi “voluntad” es empezar a conjeturar.

¿Es  señuelo de una mafia que controla la mendicidad en la zona? ¿Lo querrá para alcohol o para otro tipo de drogas? ¿Será como aquella ancianita indigente, que cuando murió le encontraron millones bajo el jergón en el que dormía?... Además, de todos los que imploran, ¿a quién ayudo? 
Cartel en la parroquia de la calle Serrano (Madrid)

  
Los que ejercen la caridad como llave para el paraíso me dicen que nada de eso es importante, que lo que tiene valor es dar limosnas (“mica a mica, s’omple la pica- poco a poco se llena el barreño”) sin preguntarse dónde ni a quién  irán a parar (“haza bien y no mires a quién”), que lo substancial es la buena voluntad.

Entonces recuerdo una escena leída (posiblemente en “Adiós a las armas” de Ernest Hemingway, pero no estoy segura) en la que una mujer agotada, víctima de la guerra, camina con su bebé en brazos cuando la rebasa un camión militar descubierto. El conductor se compadece del dolor y fatiga de la madre y se detiene para que suba, acomodándola en la parte trasera, junto a los soldados. Acunada por el movimiento del vehículo, ella se relaja y se queda dormida. Cuando despierta, ha perdido a su hijo.  El chofer hizo una buena acción con consecuencias totalmente desastrosas.

Existe una máxima que dice: “el infierno está lleno de buenos propósitos” o “el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones”, que es prácticamente lo mismo.

¿El mensaje no será que cada uno debe seguir su destino?
 
Pero eso es entrar en cábalas que se alejan de mi propósito inicial: qué hacer cuando crees que puedes hacer algo.

Antes, años ha, sentar un pobre a tu mesa (¿recuerdas la escena en la película Viridiana –vedada para nosotros en su momento- del genial Buñuel?) era una propuesta concreta de efecto inmediato. Quizá inspirado en ello, un amigo me ha contado que él se lleva al bar más próximo, para desayunar o merendar, al que le pide una caridad. Y, me ha confesado, que no siempre es bien aceptado su ofrecimiento.

Sí viene al caso, mi episodio con aquellas rumanas de criaturas a cuestas (las criaturas siempre han resultado idóneas para la mendicidad porque tocan las fibras más sensibles del ser humano. Hoy están prohibidas en vivo y en directo, pero no reproducidas en los medios de comunicación), que me pidieron para pañales.

Las metí en una farmacia casi en contra de su voluntad:

-Danos el dinero y las compraremos muchos más baratos en otro sitio,- me decían.

Y como  yo no estaba dispuesta a que malgastaran mi óbolo, las obligué, poco más o menos, a aceptar los pañales sin tener en cuenta que por un lado, tenían razón y que, por el otro, los pañales desechables no son un artículo de primera necesidad. Y si no, que se lo pregunten a nuestras madres. 
   
Cartel en la parroquia de la calle Serrano en Madrid.jpg(Lo que faltaba: esta sociedad o este sistema, ha creado exigencias nuevas a todas las escalas ya sean pudientes o indigentes)

Otra decisión a tomar: qué es más ético, ¿dar a uno de tu entorno, casa o país, o a uno del resto del mundo? Porque, ya está claro que a todos nos los puedes socorrer. Y, prescindiendo de la moral, ¿qué es la que nos dicta nuestro cerebro?

Y mientas voy escribiendo estas entelequias, suena el teléfono:

-¿Si?

-En estos tiempos tan difíciles y tan cerca de las Navidades, ¿no se ha planteado que hay gentes en la más absoluta miseria, que todas las ayudas son pocas y que es necesario contar con usted?

-Pues mire, sí.- Y le cuelgo.

No me cabe ni  un proyecto más. No puedo soportar que intenten sensibilizar mi sensibilidad. Me parece indecente que se establezca como una competición de desgracias (cuál se vende mejor, cual da más pena), en menoscabo las unas de las otras…

Es contraproducente. 

Tanto input luctuoso consigue evidenciar no sólo mi impotencia, si no el de esta sociedad falta de justicia -que nos parece el no va más de los patrones sociales-  y, no me extrañaría que, al igual que dicen que les pasa a los médicos, vayamos endureciéndonos al ir sumando ante nuestros ojos y nuestros principios, cadáveres, atropellos, despotismos y miserias.

Pues mira, y para terminar, ¿sabes qué te digo? Que la llamada telefónica recibida ha hecho que tome una decisión: si sabes de conocidos que te necesitan, ¿a qué buscar desconocidos?

Cohecho solidario.