Divagaciones en una hermosa jornada
Iba yo un
día andando tranquilamente por la calle, con ganas de mirar. Era unos de esos
días que te has levantado como si el sueño hubiera archivado todas tus
pesadillas, como si el descanso pusiera las piezas en su sitio: el cielo es
azul, el sol resplandece, la naturaleza está en flor, las mariposas vuelan, los
pájaros cantan, las gentes sonríen…, etc., etc., y etc. ¡Todo el mundo es
bueno!
Si las
sensaciones pudieran encargarse, yo me encomendaría una así regularmente
porque, prescindiendo del amor, no conozco una percepción superior a la que te
procura la paz. Y yo estaba en paz con todo bicho viviente.
Bueno pues,
con ese inmejorable estado de ánimo, deambulaba por ahí contemplando lo que me
rodeaba: edificios, establecimientos, farolas, mascotas, coches, autobuses,
bicicletas, personas…
-¡Mire qué
pinta, hermana!- Oí murmurar a mis espaldas con cierta rechifla.
Me giré y
vi a una mujer que hablaba con otra
mujer vestida de monja. Y el centro del comentario no era yo, por raro que pueda parecerte, sino
una señora árabe ataviada con la vestimenta de su país.
Salta
a la vista, ¿verdad? ¿No se diría que van al mismo modisto? O lo que es igual,
¿no parten del mismo hábito? (Y cuando digo hábito me refiero a costumbre y a
vestimenta) |
El velo en ciertos
paises es algo obligatorio que denigra a la mujer.(sic) Es una imposición
cultural o de sus "hombres".(sic)
Una monja elige ser monja y hay ordenes que se tapan la cabeza y otras que no.(sic)
Una monja elige ser monja y hay ordenes que se tapan la cabeza y otras que no.(sic)
amigo debes saber que el islam lo
dicta.. para que la sociedda se mantenga limia y sin crisis de valores.. si en
europa todas las mujeres ya no estan virgenes y ponen su imagen y sus fotos e
ncadenas de internet.. en el mundo occidental la mujer ya no tiene sentido..
todas disfrutan edlsexo de manera ilicita.. no asi es el aniamL? la mujer
musulmana lleva elvelo para no despertar malos pensamietos en los hombres sobre
todo en los jovenes.. para no excitarles sexualmente!
el velo no solo lo llevan las musulmanas pero tambien las monjas.. pero las crtistianas respetan esta doctrina solamente en la iglesias!! pero las muuslmanas practican el islam en todos los lugares..y no solo en los templos..(sic)
En estos
dos enlaces se leen opiniones opuestas. Aunque siempre respetables, claro. Pero,
a mi juicio, atuendos de moras y cristianas, tienen mucho que ver con la
debilidad del varón y su necesidad de imponerse (que no olviden los católicos
que sus féminas eclesiásticas, por más que elijan servir a Dios como los imanes,
los rabinos o los sacerdotes, no pueden escuchar confesiones ni perdonar
pecados u oficiar misas o tocar hostias consagradas -salvo que no pertenezcan a
la Iglesia Católica Antigua, llamada también Veterocatólica-. http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_cat%C3%B3lica_antigua
Además, hasta hace bien poco, no
sólo se cubrían la cabeza, también se rapaban el pelo). Y al igual que las
novicias, me parece que las damas del
islam, en general, no se sienten obligadas, ni denigradas, ni discriminadas.
Más bien perpetúan las costumbres de sus mayores como lo hacía mi abuela que, tal
que todas las abuelas de su época, a partir de determinada edad, se vestía de
negro.
Dicho esto, y a pesar de que no venga muy a cuento, no entiendo porque no se puede ir a estudiar si llevas chador o hiyab y sí, si vas con toca y hábito.
Si te he hecho creer que justifico la
ablación, el burka, la clausura o cualquier violencia, incluida la llamada de
género, o que voy de discurso feminista, has errado el tiro. Lo mío, hoy, va de
otro palo: ¿la paja en el ojo ajeno?
A éstos también parece que les viste el
mismo sastre, ¿a qué sí? No obstante uno es devoto monje cartujo y el otro un
venerable vecino de Marraquech.
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Que
yo sepa, nunca nos ha preocupado las sotanas, pero nos cuesta un montón
digerir la chilaba moruna, ¡si hasta nos parece un mamarrachada!
Otro
detalle a tener en cuenta: católicos, israelitas e islamitas comparten el gusto
por el casquete (y me refiero al gorrito que, de otro tipo de casquete –aunque
es posible que suceda lo mismo-, no tengo referencia), por el cordero pascual,
por el pan ácimo (la eucaristía no deja de ser un pan sin levadura), los ayunos
(no hace tanto los católicos comprábamos bulas papales para poder ponernos las
botas), por el antiguo testamento…
En el caso
de árabes y judíos las similitudes aumentan (su referente religioso es Abraham,
ambas religiones practican la circuncisión, tienen prohibido beber alcohol, comer
carne de cerdo y los dos de sacrifican a los animales –hala y kosher- de una
manera muy similar, por ejemplo). También usan
la misma manera de leer: empiezan por la última página, acabando en la primera y
lo hacen de derecha a izquierda. Es bien probable que aun tengan más analogías que
desconozco.
Estas
coincidencias vienen a reflejar algo muy antiguo que los fraterniza, que nos fraterniza
a todos.
Y lo
curioso es que, cada confesión, cuando menos, mira con recelo a la otra. La
considera esperpéntica, impía. Desacredita sus tabús en favor de sus parecidos
preceptos. Y digo “cuando menos”, porque cuando más, están zarpa la greña y llegan
a las manos, a la guerra abierta.
(Al
respecto, no estaría de más tener en cuenta que todos han practicado en algún
momento algún tipo de guerra santa: Yihad, Sionismo, Cruzadas y, por si algo
nos parece lejano, mencionaré también el conflicto del Úlster.) http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_santa
Cierto que
los árabes han perdido el esplendor y refinamiento a los que nos tenía
habituados en la España mora (de lo que cabe aprender que la gloria es efímera
y que, hasta los más altos, pueden caer –tampoco sé yo si esa exquisitez era
aplicable a todas las clases sociales-.) Pero aun más indudable es que los bautizados hemos traspapelado
el “amar al prójimo como a nosotros mismos”.
Asimismo es
verdad que, en nuestra sociedad, quizá porque cada vez hay menos vocaciones, se
hace más difícil ver, fuera de los días
festivos, sotanas, hábitos, túnicas, chilabas, velos, tocas y alzacuellos.
(¡En menudo
jardín me he metido otra vez!)
La paradoja
es que, lo que presumimos que nos diferencia, en definitiva, nos descubre muy
pero que muy parecidos. Iguales.