miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lo que nos asemeja, ¿nos hace diferentes?

Divagaciones en una hermosa jornada
Iba yo un día andando tranquilamente por la calle, con ganas de mirar. Era unos de esos días que te has levantado como si el sueño hubiera archivado todas tus pesadillas, como si el descanso pusiera las piezas en su sitio: el cielo es azul, el sol resplandece, la naturaleza está en flor, las mariposas vuelan, los pájaros cantan, las gentes sonríen…, etc., etc., y etc. ¡Todo el mundo es bueno!

Si las sensaciones pudieran encargarse, yo me encomendaría una así regularmente porque, prescindiendo del amor, no conozco una percepción superior a la que te procura la paz. Y yo estaba en paz con todo bicho viviente.

Bueno pues, con ese inmejorable estado de ánimo, deambulaba por ahí contemplando lo que me rodeaba: edificios, establecimientos, farolas, mascotas, coches, autobuses, bicicletas, personas…

-¡Mire qué pinta, hermana!- Oí murmurar a mis espaldas con cierta rechifla.

Me giré y vi  a una mujer que hablaba con otra mujer vestida de monja. Y el centro del comentario  no era yo, por raro que pueda parecerte, sino una señora árabe ataviada con la vestimenta de su país.

¿Qué quieres que te diga? Hace tiempo que nada me parecía tan chocante. En cierto modo, voy a frivolizar. Pero déjame que te lo ilustre para que no haya dudas ni malas interpretaciones.
Salta a la vista, ¿verdad? ¿No se diría que van al mismo modisto? O lo que es igual, ¿no parten del mismo hábito? (Y cuando digo hábito me refiero a costumbre y a vestimenta)


El velo en ciertos paises es algo obligatorio que denigra a la mujer.(sic) Es una imposición cultural o de sus "hombres".(sic)
Una monja elige ser monja y hay ordenes que se tapan la cabeza y otras que no.(sic)

amigo debes saber que el islam lo dicta.. para que la sociedda se mantenga limia y sin crisis de valores.. si en europa todas las mujeres ya no estan virgenes y ponen su imagen y sus fotos e ncadenas de internet.. en el mundo occidental la mujer ya no tiene sentido.. todas disfrutan edlsexo de manera ilicita.. no asi es el aniamL? la mujer musulmana lleva elvelo para no despertar malos pensamietos en los hombres sobre todo en los jovenes.. para no excitarles sexualmente!

el velo no solo lo llevan las musulmanas pero tambien las monjas.. pero las crtistianas respetan esta doctrina solamente en la iglesias!! pero las muuslmanas practican el islam en todos los lugares..y no solo en los templos..(sic)

En estos dos enlaces se leen opiniones opuestas. Aunque siempre respetables, claro. Pero, a mi juicio, atuendos de moras y cristianas, tienen mucho que ver con la debilidad del varón y su necesidad de imponerse (que no olviden los católicos que sus féminas eclesiásticas, por más que elijan servir a Dios como los imanes, los rabinos o los sacerdotes, no pueden escuchar confesiones ni perdonar pecados u oficiar misas o tocar hostias consagradas -salvo que no pertenezcan a la Iglesia Católica Antigua, llamada también Veterocatólica-. http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_cat%C3%B3lica_antigua Además, hasta hace bien poco, no sólo se cubrían la cabeza, también se rapaban el pelo). Y al igual que las novicias,  me parece que las damas del islam, en general, no se sienten obligadas, ni denigradas, ni discriminadas. Más bien perpetúan las costumbres de sus mayores como lo hacía mi abuela que, tal que todas las abuelas de su época, a partir de determinada edad, se vestía de negro.

Dicho esto, y a pesar de que no venga muy a cuento, no entiendo porque no se puede ir a estudiar si llevas chador o hiyab y sí, si vas con toca y hábito.

Si te he hecho creer que justifico la ablación, el burka, la clausura o cualquier violencia, incluida la llamada de género, o que voy de discurso feminista, has errado el tiro. Lo mío, hoy, va de otro palo: ¿la paja en el ojo ajeno? 

A éstos también parece que les viste el mismo sastre, ¿a qué sí? No obstante uno es devoto monje cartujo y el otro un venerable vecino de Marraquech. 
Que  yo sepa, nunca nos ha preocupado las sotanas, pero nos cuesta un montón digerir la chilaba moruna, ¡si hasta nos parece un mamarrachada!

Otro detalle a tener en cuenta: católicos, israelitas e islamitas comparten el gusto por el casquete (y me refiero al gorrito que, de otro tipo de casquete –aunque es posible que suceda lo mismo-, no tengo referencia), por el cordero pascual, por el pan ácimo (la eucaristía no deja de ser un pan sin levadura), los ayunos (no hace tanto los católicos comprábamos bulas papales para poder ponernos las botas), por el antiguo testamento…



En el caso de árabes y judíos las similitudes aumentan (su referente religioso es Abraham, ambas religiones practican la circuncisión, tienen prohibido beber alcohol, comer carne de cerdo y los dos de sacrifican a los animales –hala y kosher- de una manera muy similar, por ejemplo). También usan la misma manera de leer: empiezan por la última página, acabando en la primera y lo hacen de derecha a izquierda. Es bien probable que  aun tengan más analogías que desconozco.

Estas coincidencias vienen a reflejar algo muy antiguo que los fraterniza, que nos fraterniza a todos.

Y lo curioso es que, cada confesión, cuando menos, mira con recelo a la otra. La considera esperpéntica, impía. Desacredita sus tabús en favor de sus parecidos preceptos. Y digo “cuando menos”, porque cuando más, están zarpa la greña y llegan a las manos, a la guerra abierta.

(Al respecto, no estaría de más tener en cuenta que todos han practicado en algún momento algún tipo de guerra santa: Yihad, Sionismo, Cruzadas y, por si algo nos parece lejano, mencionaré también el conflicto del  Úlster.) http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_santa

Cierto que los árabes han perdido el esplendor y refinamiento a los que nos tenía habituados en la España mora (de lo que cabe aprender que la gloria es efímera y que, hasta los más altos, pueden caer –tampoco sé yo si esa exquisitez era aplicable a todas las clases sociales-.) Pero aun más indudable es que los bautizados hemos traspapelado el “amar al prójimo como a nosotros mismos”. 

Asimismo es verdad que, en nuestra sociedad, quizá porque cada vez hay menos vocaciones, se hace más  difícil ver, fuera de los días festivos, sotanas, hábitos, túnicas, chilabas, velos, tocas y alzacuellos.

(¡En menudo jardín me he metido otra vez!)

La paradoja es que, lo que presumimos que nos diferencia, en definitiva, nos descubre muy pero que muy parecidos. Iguales.


viernes, 3 de agosto de 2012

TOP MANTA: CONFUNDIRSE DE ENEMIGO


Tengo una amiga con la pata quebrada (para ser más exactos, las dos: una con un esguince y otra con una rotura) y en casa. Como en este momento le sobra tiempo, se entera de cosas y me las comenta.

Lo último ha sido la movida de comerciantes y policías del lugar donde resido, contra el top manta.

-Tu pueblo ha salido en la tele por el asunto del top manta- me manifiesta –. Han llegado a las manos, casi delante de tu casa.

A partir de 1 de Julio, lo más normal es que no me entere de lo que pasa delante de mis narices. Me parapeto entre mis cuatro paredes, a salvo de forasteros y calor, y sólo saco la nariz para lo más imprescindible.

Como hace tiempo que le doy vueltas al tema, se me acaban de despertar los ánimos del letargo estival, y le contesto que tengo yo ganas de escribir algo sobre ese asunto. Y me pongo a ello. 


Típico mantero, antes de que se produjeran los hechos. No parece que le vaya muy bien el negocio, ¿verdad?

Seguro que sabes qué es eso del “top manta”: se extiende una manta u otro tipo de lienzo en el suelo de una calle comercial muy transitada a pie, y se expone sobre él cualquier ejemplo de mercancía. Priman especialmente, copias de marcas de moda en gafas de sol, bolsos, perfumes, gorras, cinturones, camiseras, relojes, carteras, foulards…, también cedés de música y de películas acabadas de estrenar así como bisutería diversa. Los vendedores suelen ser africanos de distintos territorios que han llegado a nuestro país, utilizando transportes diversos, con el único objetivo de ganarse la vida. ¿Estamos? Y son más listos que el hambre.

Alguien, probablemente los macarras que los explotan, http://www.diaridetarragona.com/costa/069111/top/manta/mueve/cien/millones/euros/ano/litoral/catalan  les han explicado que la policía local no puede actuar en los 20 metros que distan del mar. En consecuencia han dispuesto entre ellos un sistema de vigilancia que avisa del peligro cuando éste acecha y, entonces, puedes contemplar ingeniosos artilugios que tirando  de unos hilos, rápidamente “cierran” los tejidos y los convierten en abultadas bolsas con las que corren hacia la arena. Allí, las fuerzas del orden pueden conversar, pero no se les permite arrebatar, ni la  libertad, ni la mercancía. O al menos eso parecía ser, hasta el 1 de Agosto.

A los tenderos de aquí, los oficiales, los llamémosles legales, les han comido el tarro gentes de la capital que, respondiendo a no se sabe qué intereses (desconozco quien los orquestó), han estado repartiendo panfletos en contra de los vendedores furtivos. Muchos establecimientos, los colocan en lugar preferente de sus escaparates, a modo de protesta. Porque están que trinan.

En estos tiempos de negocios precarios, lo único que falta son esos negros con sus baratijas y su competencia desleal.

El malestar de los detallistas pone nervioso al consistorio municipal y se monta la de dios es cristo. Todos a por los top manta. Menos los veraneantes, que optan por apoyar a los manteros.

Ya se sabe; calentar ánimos se hace en grupo y es contagioso: cinco heridos.

Hay que tener en cuenta que cuando no se tiene nada, poco, por no decir nada, es lo que se puede perder y el ayuntamiento sabe que pasados los primeros berrinches, los africanos tendrán que seguir intentado ofrecer su mercancía, por eso elige otro camino para  joder: sancionar a cualquiera que intente comprarles algo.

Y entendemos que los establecimientos de la zona, se sienten respaldados. ¡Por fin se han tomado medidas serias para controlar la situación! 

Fíjate, a mí me gustaría que alguno de ellos pudiera leerme, para recordarles a aquellos familiares (una gran mayoría de población los tiene) que se vieron obligados a dejarlo todo, ya fuera por móviles políticos o por motivos de hambre, y aventurarse en otros pueblos que no siempre les acogieron con alegría y de los que incluso a veces desconocían hasta el idioma.

Que nadie me objete que los españoles se fueron al extranjero con contratos de trabajo.

Algunos habría. Como los vendimiadores que  cosechaban en Francia al igual que los que tenemos recogiendo fresas en Lepe. Pero la inmensa mayoría se arriesgó a lo desconocido, a lo inseguro, buscando una mejor existencia para él y los suyos. Y al final, el objetivo era y es, tanto para los emigrantes como para los autóctonos, encontrar trabajo, hallar negocio.

Me gustaría que leyeran atentamente el pasquín que han colgado en su escaparate y me dijeran honestamente si cambiará algo cuando hayan erradicado a esos vendedores ambulantes. Seguirá pagando: 1- iva/  2- impuesto/ 3- alquiler/ 4- su seguro/ 5- ¿dará trabajo? (que yo sepa, y corríjame si me equivoco, sólo las farmacias, las ópticas, los estancos, las fruterías, las tiendas de alimentación y alguna –muy pocas- tiendas de ropa, tienen dependientes)/ 6- continuará no vendiendo falsificaciones/ 7- Ofrecerá las garantías que le proporciona su proveedor (y eso no es siempre una garantía)/ 8- su producto será legal, (¿se ha preguntado alguna vez cómo se legalizan los productos? Por otro lado, ellos tampoco venden droga)/ 9- no se esconderá de la policía (porque la policía no le persigue)/ y 10- No estafará. (¿Cree que ellos sí? y ¿En qué se basa?) 
  
Controvertido asunto. Pues, una vez estudiado ese papel, tendrán que admitir que se equivocaron de adversario. Que su situación no se transformará cuando ellos no estén. Que si quieren que eso suceda, tendrán que hacer algo más que perseguir negros por la jungla de asfalto o por las  playas.

Nos dejamos engatusar por cualquier cebo que nos pongan y nos distraemos de lo importante que es plantar cara a quien pretende atenazarnos con sus normas. Porque, como dice un muy buen amigo mío, todos somos top manta (o deberíamos serlo).

Ahora esos chicos perseguidos piden regresar a sus orígenes.

-Si no podemos trabajar, ayúdennos a volver a casa. Hemos gastado aquí, todo lo que teníamos.


En esa época, típica hucha del Domund
Piden la repatriación.

Señor, si no han cambiado los tiempos… ¡pensar que, cuando yo era niña, en las escuelas ya se recogían dineros para socorrer a los negritos de África!
A esto lo llamo yo, echar leña al fuego
P.D. Hoy, 3 de Agosto, a las 21:15 hrs., ya acabada mi disertación y contraviniendo mis normas de acurrucarme en el hogar, salgo a la calle y me topo con la pancarta de la izquierda. 

La Generalitat de Catalunya, como corresponde a un poder más, también pretende confundirnos. 

Que no se escondan, que no nos líen, aun que tiremos de la manta, su gestión nos ahogará. 


lunes, 16 de julio de 2012

TODO A CIEN


El bienestar de la crisis

Tengo una sensación enfrentada a la hora de reflexionar… Por un lado, me aburre y me cansa debatir sobre el estado actual de los asuntos económicos, políticos y sociales de nuestra humanidad. Por otro, imagino que si no lo hago, es como tirar la toalla, como dar mi connivencia y dejarles hacer. En este segundo pensamiento, también me critico una posible presunción de que mis palabras sirven para algo, la valoración de la humilde aportación del “granito de arena” y las estupideces por el estilo que decimos cuando sabemos que no podemos hacer nada, ya que los granitos de arena necesitaron siglos y siglos de erosión, para llegar a ser y, para más inri, perdieron su contundente y aplastante condición de roca, convirtiéndose en inofensivos e ineficaces, eso: granitos de arena.
  
Y al final, una, que se ha educado en la eficiencia de la gota de agua que perfora la piedra, se cree en el deber moral de proseguir.

Voy a ser tan temeraria como para abordar el asunto de la crisis, sin tener ni puta idea de economía. Mis conocimientos se basan, única y exclusivamente, en “las cuentas de la vieja” y el sentido común que, doy por sentado, tengo.

Como a mí no me salen los números, estoy convencida de que la crisis –esa que nos estalló en los morros en el 2008-, ya había empezado cuando nos vendían el idílico “estado del bienestar”.

Sitúo el nacimiento de nuestras miserias, allá por el 1998 (año arriba año abajo). Más o menos en época de Felipe González.

¿En qué me baso?

En la exitosa aparición de las tiendas de “Todo a 100” (100 pesetas, amigo, pe-se-tas). Pesetas para España, porque este fenómeno se produjo en demasiados países (Dollar Store en Estados Unidos, en Inglaterra Pound Shop…, Noruega, Suecia, Australia, Argentina…) Prácticamente en todo el mundo, como la crisis que vivimos.


¿Cómo te explicas que en plena opulencia fueran negocio ventas de ese monto en casi todo el planeta?

Pues yo diría que porque  los ingresos de una gran parte de la población, justo les procuraba llegar a esa cifra. La cifra de la precariedad. Del quiero y no puedo. Del por fin me daré un capricho.

¡El gustazo que proporcionaba ir de compras y sentir el lujo de adquirir algo! Así sosteníamos  nuestra prosperidad.

Los de a pie, no lográbamos alcanzar Vinson, Loeve, Pilma, Gutzzi, Valentino, Vitorio y Luchino, Chanel número 5, etc. Esforzándonos bastante, atrapábamos, aquí, El Corte Inglés.

A mí que no me vengan con que eso era bonanza.

Y luego, ya que dedujeron que estábamos muy bien, en el 2002, con José María Aznar al mando, nos metimos en la tabla de salvación del euro.

Eso fue como esas parejas que, tras años de convivencia y algunos tropiezos en la relación, deciden casarse pensando que lograrán la estabilidad. Duran menos que un caramelo a la puerta de una escuela.

Dicen que el cónclave del euro fue una invención para hacer frente al poder del dólar.

Y dicen también que la actual crisis la provocó Estados Unidos para rematar al euro. O Rodríguez Zapatero por su pésima gestión.

¡Cuántas elucubraciones y fantasías!

Lo cierto es que lo que nos costaba 100, pasó a valer uno. Y en mis primarias y limitadas nociones matemáticas, ese uno era en realidad 166 pesetas (¡una subida del 66%!)

Una subida de ese monto en productos esenciales, ¿cómo no nos iba a rematar definitivamente?

Pero, por suerte para la población con el poder adquisitivo más mermado, las Todo a 100 cambiaron mayoritariamente de nombre y de propietarios, dando paso a los perseverantes Bazares Chinos, que tuvieron la gentileza de traducir 100 por 0,75. Y, aunque no es una conversión equitativa, es bastante más prudente que el pan, los diarios, el cafetito, etc. (¡Qué te voy a contar!)

Caricaturas bajadas de Internet
Tres presidentes en ocho legislaturas nos han hecho comulgar con ruedas de molino. Y en esta novena, el nuevo gobernante, perteneciente a un partido que ya experimentamos, nos sigue mintiendo, disfrutando de todos sus inmerecidos privilegios, a costa de hundirnos más y más en la miseria.

Con la  tortura que representa esperar a qué nos deparará la nueva jugada del régimen, día a día recibimos menos y nos obliga a dar más.

Como ya no cabe inventarse otra moneda, los dominantes recortan prestaciones, bajan salarios, justifican despidos improcedentes, escinden investigaciones, suben el iva, el ierrepeefe y las retenciones, encarecen el acceso a estudios superiores, cercenan el futuro de los jóvenes, constriñen a los ancianos en la estrechez… Cual sacerdotes de una nueva doctrina sofisticadamente cruel, despiadadamente sádica, perdonan los pecados a los poderosos, facilitan su evasión de impuestos, protegen a los corruptos, premian la incompetencia, absuelven a la iglesia…

¡Ah! Pero aun nos queda el respiro de invertir, menos de un euro, en alguna sandez que nos despenalice la supervivencia.

Visto así, a mi no me extrañaría que esos bazares estuvieran subvencionados.

Entre gatos de la suerte, gafas de sol, madejas de lana, artículos de papelería, marcos para fotos, gafas de presbicia, ollas, platos, vasos, productos de limpieza, trapos, bolsas de basura, jarrones esperpénticos, “última moda” en vestido, decoraciones varias, temeraria cosmética, imitaciones de perfumería…., (¿hace falta nombrar todo lo que se puede adquirir en esos establecimientos?), no me extrañaría descubrir, a buen precio, los mejores deseos de un raro político honesto.

Y ahora ya te dejo en paz. Es que tengo prisa.  ¡No me vayan a cerrar los chinos!

viernes, 18 de mayo de 2012

¿YO DIJE ALGUNA VEZ QUE LOS DIRIGENTES SON UNA MIERDA?


Tal vez te preguntarás porqué he tardado tanto en escribir algo más, y la razón es que me he quedado sin palabras. Es tan grande el desasosiego y la desconfianza que me produce la situación actual y las medidas abusivas de la clase dominante, que no sé qué decir. O no sé cómo decirlo.

Vivo acojonada.  Y se me encoge el estómago de un modo angustiante cuando el gobierno abre la boca. Porque, como dirían en mi tierra, el gobierno es un faltado. 

Faltada, que eres una faltada. Cada vez que abres la boca es para faltar.

Este par de frases definen, a veces, lo indefinible, lo que hace daño al prójimo, lo que te deja indefenso, es además un insulto importante.

Cuando el presidente raja por ese pico que tiene, siempre da una consigna que obliga todavía a un más grande sacrificio que la vez anterior,  forzando a  que nos comportemos como  penitentes flagelados que se azotan en pos del perdón de unos pecados que no hemos cometido o de la  promesa de un remoto e incierto paraíso. Nunca tiene una palabra “caramelo” que nos actualice la esperanza para hoy.

Pero señor, cuando ya nos hemos cargado el futuro de nuestros nietos, ¿qué otro futuro nos cabe esperar?

Mientras nosotros decrecemos, hay una minoría que gana robustez y poca vergüenza, que jamás ha renunciado a nada. Y no va a empezar ahora, tal como van las cosas.

Apretarse el cinturón, es cosa de la mediana empresa, los autónomos, los trabajadores, los obreros clandestinos, los parados -con o sin subsidio-, los enfermos cuidados por la Seguridad Social, los escolares o los estudiantes que deberían ser atendidos por el Estado, los jubilados y el resto de pobres y mendigos en general que, por cierto, no dejan de crecer y multiplicarse.

Añadirle agujeros al cinturón para darle más ruedo porque no les cabe su creciente opulencia, es cosa de selectas y poderosas minorías, grandes empresarios, multinacionales, la banca, la iglesia, la casa real y la tribu política en general que, por cierto, cada día está más oronda.

Si alguna vez el pueblo logró algo, lo está perdiendo.

No te explico nada nuevo, ¿verdad? Tú, como un montón de personas más, sienten lo mismo que yo ante esa sordera paternal de los estados que van a la suya con total intransigencia, insolidaridad y sadismo…, diría yo. Porque, vamos a ver por ejemplo, ese decretar que los analgésicos no estén incluidos en la seguridad social  a causa de que, simplemente mitigan el dolor y no curan nada, ¿no señala un cierto grado de perversión?

Y, ¿qué me están diciendo? ¿Que normalmente son remedios placebo? ¿Y a mí qué me importa que sean placebo si ayudan a mitigar el sufrimiento de quien cree en ellos? Y si son medicamentos mentira, ¿por qué nos lo han estado recetando? Y, ¿por qué han tenido el cinismo de permitir  a las farmacéuticas seguir fabricándolos?

¡Cuánta desfachatez!

Para acabar de arreglarlo, otro asunto que me tiene mosca es la información que circula por internet comparando los años 1960 con los 2012. Parece que su único propósito es convencernos de que lo que está ocurriendo hoy en día, es igual que lo acontecía entonces y que, en consecuencia, no tenemos que preocuparnos demasiado porque, en esta vida, todo es cíclico.

Que no se alborote el gallinero: nada de insurrecciones. El agua no llegará al cuello y Dios aprieta pero no ahoga. ¿Veis cómo no pasa nada? Si al final las cosas se solucionan sin que los plebeyos metan mano. Y todo, con aire muy distendido, muy gracioso. Ji,ji y ja, ja.

El siguiente link es una muestra. Pero seguro que tú has recibido un montón de correos o te han contado una pila de  chistes, tan o más graciosos que éstos.


Por supuesto que hace tiempo que el estado se merece nuestras críticas. No en vano nos sometieron con una dictadura y nos vienen engañando con una “democracia”. Nos dejaron votar por determinadas personas y prefijados partidos, pero jamás nos preguntaron por el sistema de  gobierno, porque no nos consideraron preparados para ello y porque, en el fondo, Franco lo había dejado “bien atado”.

Llámame mal pensada si te parece, pero, digo yo, esas reseñas de tantos años atrás, ¿tenían que aparecer, sin sponsors que le den cuerda, precisamente es estos momentos de desesperanza colectiva?

Y en definitiva -¡qué fallo y qué vergüenza!-, porque, es bien cierto que aunque no sé cómo puedo ejercer una oposición efectiva, no me resigno a resignarme.

Tampoco quiero ser pájaro de mal agüero.

¡Ahhhhh! –me relajo- Menos mal que aun existen momentos gloriosos en la historia de España.

Como debes saber, los han personalizado el Gobierno Autonómico Vasco y la Junta de Andalucía.

Ambos, en una manifestación de total desacato, se han negado a recortar en sanidad, además atenderán a cualquier emigrante -sea legal o ilegal, tenga o no tenga papeles-, que necesite cuidados médicos (¿dónde dejaron las derechas su tan cacareada "caridad cristiana"?). Y por supuesto, tampoco quieren mutilar la enseñanza. A favor de sus principios, están dispuestos a llegar donde haga falta: al Tribunal Constitucional o a Estrasburgo, si es necesario.

Los vascos además, para más gloria por parte de su Parlamento, han  prohibido usar municiones de goma para aplacar manifestaciones: que el pueblo, joven o viejo, porque diga la suya o vaya al futbol, no es acreedor de la muerte, ni siquiera de perder la vista.

Ya ves, aunque me cueste creerlo, también hay dirigentes que se merecen un respeto. Y un  aplauso. Y una solidaridad. Y una adhesión.

Déjame que grite: ¡¡¡¡¡AD-HE-SIÓN!!!!!! A ver si me oyen los presidentes de las otras autonomías, que parece que estén sordos, ¡joder!

jueves, 29 de marzo de 2012

REFLEXIONES EN EL DÍA DE UNA HUELGA GENERAL

No sé por qué, pero a mí las huelgas actuales me recuerdan a los ejercicios espirituales de cuando era niña. Tal vez sea porque, en ambos casos, se pretende lograr algo difícilmente alcanzable: que el estado y los poderes fácticos en general cambien sus decisiones o que la paz anímica te conduzca a un acercamiento a Dios.  

Por lo que yo veo, una huelga no es homogénea, ni transcurre igual en todos los ámbitos.  

Hay una huelga visceral y urbana, con frecuencia violenta, con lo que se  demuestra que nadie, ni los unos ni los otros, deja al trabajador la libertad de elegir (esta suele acaecer en las importantes y comerciales calles de las grandes ciudades o en las puertas de las pocas industrias o fábricas que nos  quedan), y otra periférica, de barrio y, también de pueblo, en la que la huelga casi constituye una fiesta, siempre y cuando no se tenga un  establecimiento abierto al público, seas un sindicalista convencido, o tengas trabajo y te descuenten de la nómina el día reivindicativo. Se entiende que los piquetes, probablemente residentes de los extrarradios, están muy ocupados en llamar atención y apabullar en los centros neurálgicos para preocuparse de sus vecinos o de los villorrios con pocos votantes.

Luego tenemos al ama de casa. ¿Trabaja o no trabaja el ama de casa? Para ella es una festividad como cualquier otra (ella no para) como cuando el marido no va a la oficina ni los niños al colegio.

O los autónomos. ¿Son trabajadores o empresarios? Mal ubicados en cualquier posición, me recuerdan a los mestizos: ni blancos, ni de color.

Hace un día buenísimo. Ideal para el ocio. Como tantas y tantas veces que escribo, lo hago cara al mar. Mi perra, después de darse un atracón, duerme plácidamente al sol. En la arena, como si fuera domingo, la gente se tumba al calor de sus rayos aunque sólo estemos a 29 de marzo. Pero, más que pinta de huelguistas, tienen aspecto de personas sin trabajo que se benefician de algo tan barato que no tiene precio. (Los que están en el paro, pueden permitirse el lujo todavía, hasta que éste se acabe, de tomar algo en una terraza con vistas). En el agua que, por qué  engañarnos, debe estar bastante fría, escolares de todas las edades se remojan y divierten como si ya hubieran pasado el curso con notables, por lo menos. 

En mi entorno, salvo los empleados públicos, nadie ha cerrado.   

¿Hacen huelga los alcaldes de izquierdas? O sólo los funcionarios de cualquier ideología o de ninguna.

¿Me estoy preguntando a quién beneficia una huelga general?

Desde luego al estado, que además de  quedar de coña con los dirigentes de los países mandones de la comunidad europea, economiza en sueldos, no sólo en los empleados de la administración, sino en los centros sanitarios (ves que no hay más mortandad porque haya menos médicos hoy), en los museos (al público le interesa tan poco la cultura que, lo mismo da), en las escuelas (para lo qué enseñan y para lo qué estudian…), en los transportes públicos (como es un negocio deficitario, a menos servicio, se “colarán” menos viajeros), en todo lo que ellos controlan y que “circulan” con servicios mínimos.

Desde luego, a los sindicatos que, prácticamente a espaldas de sus afiliados y bien atrincherados en su porción de poder, intentan hacer y deshacer sin encomendarse ni a Dios ni al Diablo, representando muy poco a nadie. Aunque, aparentemente, su propósito sea conseguir adeptos.


¿Te explico un secreto a voces? Conozco ya tres casos de operarios que, para no notar el pellizco en el salario por no trabajar el jueves, hicieron horas extras el miércoles con la anuencia del jefe. ¿Qué te parece? 
   
¿Tu crees que alguien espera obtener algo de esta huelga general?

Mira por donde, las huelgas en la época de Franco el Dictador parecían más productivas.

Si eres joven, tal vez no hayas oído hablar nunca de que en 1951, en Barcelona y durante dos semanas, la población se negó a viajar en tranvía en protesta por la subida del precio del billete.


¡Esa sí que fue una señora huelga! Y sin ser general, hizo pupa al generalísimo.

Antes de colgar este escrito, quiero saber qué dicen las noticias de cómo ha sido secundada ésta de hoy 29. Aunque me temo que será como siempre y como todo: dual. Unos dirán que ha sido un éxito y los otros que un fracaso.

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Lo que te decía: el gobierno habla de que la participación ha sido muy moderada y los sindicatos dan la cifra del 70 y pico por ciento.

Yo les preguntaría en qué se basan, ¿en trabajadores que cotizan a la Seguridad Social? ¿En los que están sindicalizados? ¿En toda la población?

Reflexiono: demasiado tiempo hablando de ella y, cuando sucede, ya ha perdido gas y se ha quedado sin fuerza. Una pena.

Y esta es mi crónica de una huelga anunciada.

viernes, 17 de febrero de 2012

MI TEORIA DEL PAVO REAL

Yo misma, me he cansado de mí. Se acabó seguir pataleando y lloriqueando por las pantallas de los ordenadores, “androids” e “ipads”.

Soy una mujer nueva. Y muy, muy positiva.

Lástima que haya elegido para este cambio (que, con franqueza, no sé cuánto durará), un día tan plomizo como el de hoy y con 0º de temperatura real y -4º de temperatura aparente. (¿Por qué las temperaturas aparentes siempre juegan a la contraría? Si estamos a -8º, aparentemente puede ser -10º y si el termómetro marca 30º positivos podemos llegar a una sensación térmica de 40º, sudando la gota gorda. ¿No sería más reconfortante que funcionara al revés?) Nota: es un ejemplo y los valores reseñados no son exactos.


El mar, en perfecta simbiosis con el tiempo, está quieto y tan apenas murmulla. De cuando en cuando, muy tímidamente, como con miedo, una escueta espuma burbujea en el litoral.

¿Qué te voy a contar? Es invierno en nuestro hemisferio. Y yo tengo unas ganas inmensas de luchar contra el gris. Sólo me hacía falta el empujoncito del recuerdo de Sandra que vino hace poco a visitar a sus padres. Ella vive en Copacabana y, a la semana de estar en España, ya estaba deseando regresar a su casa.


-He visto a los míos. Están bien. Y ya me puedo ir.  

-Demasiado frío, ¿eh? –dije yo.

-Demasiado frío, no –contestó categórica-. Demasiada tristeza. Echo mucho a faltar la alegría de Brasil. ¡Allí la gente está animada siempre! No me mires así, que te veo venir. En las “favelas”, esos pobres barrios periféricos, también están contentos. –Suspiró-, por más que yo sea de aquí, esto es más deprimente que un funeral.


Y así fue, como empecé a forjar mi teoría…

La alegría está íntimamente ligada al color, no a las posesiones. Has leído bien: al color.

Cualquier etnia que se circunda de pigmentos en las paredes de sus casas, en las pinturas de sus cuerpos y de sus caras, en sus atuendos, sabe reír mejor y con más ganas, por más que, además de a la miseria, estén sometidos a regímenenes corruptos, a políticos mafiosos, a juristas injustos, a sentencias tendenciosas… 

El momento más exultante de la naturaleza es un arrebato de color. Por eso el color atrae, cautiva…

Sin el imán del color, no se producirían polinizaciones ni vegetales, ni animales, ni humanas (aunque, probablemente el hombre es uno de los pocos machos de la naturaleza que no se pertrecha de color para conquistar a su hembra), y la vida se detendría en todas las especies que no fueran unicelulares o hermafroditas.

(Hubo una época, muy visible en Francia, en que los varones se emperifollaron pero, más que para enamorar a sus féminas, lo hicieron para crear una incuestionable  distinción social).

A nuestros varones, la sobria rigidez de las cortes castellanas, con total ausencia de color –y por tanto de alegría-, no les ayudó a ser más felices.

(Yo  no descarto la posibilidad de que, para enmendar tan lóbrega actitud en nuestro género humano, la mujer decidiera engalanarse y actuar astutamente de seductora).

Eduard Punset decía un día por la tele algo así como que, cuando compara a Lucy con la mujer de hoy, subida en esos magnéticos zapatos de tacón, le cuesta ver el parentesco entre la una y la otra. Y que, sin embargo, le es bien fácil descubrir en el hombre actual, su ascendiente de cromañón. 


Pero eso es “harina de otro costal”.

A lo que íbamos: colores.

Hay numerosas pistas que dan consistencia a mi teoría.

Por ejemplo:  

Allá por los años 50, surge un movimiento católico llamado “de colores” (como una festiva canción de la época). Estar “de colores” significa estar lleno de la gracia de Dios.


Cada color propicia un estado de ánimo. Pasión, serenidad, optimismo, melancolía…


Los colores curan.  Existe una terapia natural llamada “cromoterapia” que utiliza el color para la sanación de enfermedades y trastornos emocionales.


Los colores decoran. (Si vivimos “en blanco”, no siempre es para captar más luminosidad o agrandar el espacio, muchas veces es por miedo al color). Un punto importante en la tan cacareada decoración Feng Shui es los tonos y los matices para cada estancia de un hogar.



Los colores alimentan. Para comer sano y justo la cantidad necesaria, nuestro sustento tiene que tener colores. A más colores ingeridos (los básicos son blanco, verde, naranja, amarillo, rojo y violeta), mejor nutrición.


¡En fin! Casi por último, aunque el negro nos parezca tan elegante, no olvides que se origina a causa de la ausencia de luz y, en consecuencia, es oscuro, lúgubre, pesimista… Pero también es el resultado de la mezcla de todos los colores. Y –aunque consideres que puede llevar al traste mi teoría-  eso viene a ser como si ingirieses, en una misma toma, sedantes, excitantes, vitaminas,  analgésicos, antiinflamatorios, opiáceos, etc.… ¡un coctel demoledor!

Otro empujoncito para desarrollar mi hipótesis, me lo dio mi amigo “Rico”. Justificó el ir vestido de gris (él con el buen tiempo se atreve con algún tono), al hecho de que fuera  invierno.

-En invierno el color “canta”-, me dijo.  -Y además, tenemos una situación de post guerra.

En otras palabras, me estaba hablando de tristeza.

Paralelamente, en la puerta del mercado, una mujer risueña de origen gitano vendía pintalabios y esmalte de uñas, gritando:

-Reina, cómprame, que con estos colores se te alegrará  la cara y sentirás menos la crisis.

Fue el detonante de mi postulado.

¡Cuánta sabiduría popular!   

jueves, 2 de febrero de 2012

PECADORES POR JUSTOS

Ahora que hay tantos “casos abiertos” en tela de juicio, me pregunto ¿la justicia es justa?

Un jurado popular de gente de la calle (esa gente que hace unas décadas fueron capaces de linchamientos y, un poco más allá, de denunciar al vecino por brujería y, un poco más acá, acusar al que envidiaban de masón, judío o “rojo”), ¿de verdad está, estamos preparados para emitir un veredicto? 

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¡Caramba! ¡Qué intuición la mía! Nada más empezar a elucubrar sobre el tema, me desbordan resoluciones y sanciones.


El doble juicio por el asesinato de Marta del Castillo con sentencias de “como no sois chicos buenos os vais a casa y al más malo le castigo de cara a la pared” nos ha dejado a todos, ¿verdad?, con un mal cuerpo, con una indefensión…

¿Y el proceso de los modelines del Sr. Camps? ¿Acaso no nos olíamos que podía acabar así? Porque, vamos a ver, si ese señor tan puesto en duda, fue votado presidente de la Comunidad Valenciana, pese a todo, ¿no nos indica que en su tierra goza de un carisma tan especial que sólo le ven el lado positivo, que obviamente, como todo ser humano, debe de tener? Y como los que deliberaban eran personas de su comunidad, lo resolvieron como si fueran unas elecciones (el más guapo, o porque me gusta su corbata, el candidato que mejor viste....)

Y, a propósito del caso Gürtel, ¿recordamos que fue el juez Baltasar Garzón (hoy acusado de presuntas escuchas ilegales, mira que casualidad), el que instruyó su investigación?



Claro que mis nociones del “jurado popular” vienen sustentadas por bastantes películas y series americanas (“Doce hombres sin piedad”, por ejemplo).  En todas ellas, tras largas deliberaciones, porque les costaba ponerse de acuerdo, el jurado emitía un veredicto unánime. La unanimidad era imprescindible.
Nada de 5 no y 4 sí, como aquí. (¿Eso es mayoría simple o simplemente mayoría?)

Cambio de tercio y me voy con los Duques de Palma. Otro ejemplo de “ecuanimidad”.

A lo mejor te parece precipitado que me meta en este caso, pero es que ya estoy escamada.

Fíjate tu, de entrada, en su afán por dejar impoluto a cualquier miembro de la Casa Real, intentan vendernos una Infanta Cristina atontada y nula que, además de no ser responsable de nada, tampoco se entera de nada. Por lo cual, a ella, a la infanta guapa, no se le imputará n-a-d-a.

He oído hace poco que embargaron las cuentas del matrimonio, por no abonar las cuotas de la Seguridad Social de sus empleados domésticos. Paralelamente, a fin de evadir impuestos en la empresa, declararon y tributaron a la Seguridad Social por unos trabajadores inexistentes.  De todos esos chanchullos,  al tratarse de tan principales estafadores, se salieron “de rositas”, como si nada hubiera pasado.

Si quieres (y si no quieres también), voy a contarte el caso de un autónomo con un solo empleado. Como los negocios le iban mal y no tenía suficiente “pasta”, decidió pagar a ese empleado en lugar de al estado. Le pusieron una multa sustanciosa y le embargaron el coche, porque era el único bien que poseía.


¡Bah! Pero ten en cuenta que era un cualquiera sin pedigrí.


Como me he hartado de leer y oír en los medios, los jueces decidirán si hubo delito o no. ¡Hasta nuestro rey asegura que la justicia es igual para todos!  

Los últimos arbitrajes legales han creado tanto revuelo, que el estado ha dispuesto hacer arreglillos al el código penal. Y de verdad que los necesita.

El Sr. Gallardón, máximo responsable de esos asuntos en esta etapa, propone penas semejantes a “cadenas perpetuas”, rebajar la edad penal del menor,  tasas judiciales, replanteamiento en la elección de jueces, etc. Y todo lo que proyecta y cómo lo proyecta, aun da más miedo.



Uno tiene la sensación de estar siendo absorbido por un pasado remoto e inseguro, socialmente dudoso, con más privilegios para los ya privilegiados y bastantes más complicaciones para los desafortunados. 
  
Puestos a reformar, yo apostaría, posiblemente en un exceso de ingenuidad, por penas que produjeran algún beneficio al prójimo.

No sé porqué me ha venido en mente los trabajos forzados, por ejemplo. 

(Pero, Maya, ¿tú en qué demonios estás pensando?, ¿en el Valle de los Caídos? ¡Pues sí que vamos bien!)

No, no. Nada de megalomanía. Estoy deliberando sobre el aprovechamiento de las posibles habilidades del condenado para ponerlas a disposición de la colectividad. Y por si el recluso fuera un des-cualificado, seguro que quedan carreteras y autopistas para hacer, ya sea como peón o como ingeniero de caminos, bajo un rígido control del personal de prisiones y fuerzas del orden en general. También podrían ocuparse del control de los pinos contaminados de procesionaria o de  la limpieza de los bosques y de las playas, por ejemplo… En fin, esas cosas que estaría bien que se hicieran en todos los municipios y que no se llevan a cabo nunca, por más paro que exista.

Ya que damos habitación, alimento y, a veces, hasta carrera universitaria a nuestros penados, no es de extrañar que algunas “buenas gentes” decidan delinquir para poder dormir bajo techo y comer caliente. ¡Pues menudos tiempos corren!

Una vez leídas estas deliberaciones mías, hasta a mi me parecen disparates.

Pero, por lo menos, a la hora de elegir jurado popular y, habido en cuenta de que, por mucha comunidad autónoma que tengamos, todavía existe el conjunto español para liarlo (sinónimo de ligarlo) indivisamente, optaría por intercambiar las procedencias de sus integrantes (da una sensación de más imparcialidad). Y a la hora del dictamen, me fiaría más del veredicto unánime. Y, como ya sabemos que a los de este país nos cuesta ponernos de acuerdo, pues en última instancia, que decida el magistrado.

Y que paguen los pecadores. Los justos no. 

Recibido por e-mail (¿te parece divertido?