viernes, 3 de agosto de 2012

TOP MANTA: CONFUNDIRSE DE ENEMIGO


Tengo una amiga con la pata quebrada (para ser más exactos, las dos: una con un esguince y otra con una rotura) y en casa. Como en este momento le sobra tiempo, se entera de cosas y me las comenta.

Lo último ha sido la movida de comerciantes y policías del lugar donde resido, contra el top manta.

-Tu pueblo ha salido en la tele por el asunto del top manta- me manifiesta –. Han llegado a las manos, casi delante de tu casa.

A partir de 1 de Julio, lo más normal es que no me entere de lo que pasa delante de mis narices. Me parapeto entre mis cuatro paredes, a salvo de forasteros y calor, y sólo saco la nariz para lo más imprescindible.

Como hace tiempo que le doy vueltas al tema, se me acaban de despertar los ánimos del letargo estival, y le contesto que tengo yo ganas de escribir algo sobre ese asunto. Y me pongo a ello. 


Típico mantero, antes de que se produjeran los hechos. No parece que le vaya muy bien el negocio, ¿verdad?

Seguro que sabes qué es eso del “top manta”: se extiende una manta u otro tipo de lienzo en el suelo de una calle comercial muy transitada a pie, y se expone sobre él cualquier ejemplo de mercancía. Priman especialmente, copias de marcas de moda en gafas de sol, bolsos, perfumes, gorras, cinturones, camiseras, relojes, carteras, foulards…, también cedés de música y de películas acabadas de estrenar así como bisutería diversa. Los vendedores suelen ser africanos de distintos territorios que han llegado a nuestro país, utilizando transportes diversos, con el único objetivo de ganarse la vida. ¿Estamos? Y son más listos que el hambre.

Alguien, probablemente los macarras que los explotan, http://www.diaridetarragona.com/costa/069111/top/manta/mueve/cien/millones/euros/ano/litoral/catalan  les han explicado que la policía local no puede actuar en los 20 metros que distan del mar. En consecuencia han dispuesto entre ellos un sistema de vigilancia que avisa del peligro cuando éste acecha y, entonces, puedes contemplar ingeniosos artilugios que tirando  de unos hilos, rápidamente “cierran” los tejidos y los convierten en abultadas bolsas con las que corren hacia la arena. Allí, las fuerzas del orden pueden conversar, pero no se les permite arrebatar, ni la  libertad, ni la mercancía. O al menos eso parecía ser, hasta el 1 de Agosto.

A los tenderos de aquí, los oficiales, los llamémosles legales, les han comido el tarro gentes de la capital que, respondiendo a no se sabe qué intereses (desconozco quien los orquestó), han estado repartiendo panfletos en contra de los vendedores furtivos. Muchos establecimientos, los colocan en lugar preferente de sus escaparates, a modo de protesta. Porque están que trinan.

En estos tiempos de negocios precarios, lo único que falta son esos negros con sus baratijas y su competencia desleal.

El malestar de los detallistas pone nervioso al consistorio municipal y se monta la de dios es cristo. Todos a por los top manta. Menos los veraneantes, que optan por apoyar a los manteros.

Ya se sabe; calentar ánimos se hace en grupo y es contagioso: cinco heridos.

Hay que tener en cuenta que cuando no se tiene nada, poco, por no decir nada, es lo que se puede perder y el ayuntamiento sabe que pasados los primeros berrinches, los africanos tendrán que seguir intentado ofrecer su mercancía, por eso elige otro camino para  joder: sancionar a cualquiera que intente comprarles algo.

Y entendemos que los establecimientos de la zona, se sienten respaldados. ¡Por fin se han tomado medidas serias para controlar la situación! 

Fíjate, a mí me gustaría que alguno de ellos pudiera leerme, para recordarles a aquellos familiares (una gran mayoría de población los tiene) que se vieron obligados a dejarlo todo, ya fuera por móviles políticos o por motivos de hambre, y aventurarse en otros pueblos que no siempre les acogieron con alegría y de los que incluso a veces desconocían hasta el idioma.

Que nadie me objete que los españoles se fueron al extranjero con contratos de trabajo.

Algunos habría. Como los vendimiadores que  cosechaban en Francia al igual que los que tenemos recogiendo fresas en Lepe. Pero la inmensa mayoría se arriesgó a lo desconocido, a lo inseguro, buscando una mejor existencia para él y los suyos. Y al final, el objetivo era y es, tanto para los emigrantes como para los autóctonos, encontrar trabajo, hallar negocio.

Me gustaría que leyeran atentamente el pasquín que han colgado en su escaparate y me dijeran honestamente si cambiará algo cuando hayan erradicado a esos vendedores ambulantes. Seguirá pagando: 1- iva/  2- impuesto/ 3- alquiler/ 4- su seguro/ 5- ¿dará trabajo? (que yo sepa, y corríjame si me equivoco, sólo las farmacias, las ópticas, los estancos, las fruterías, las tiendas de alimentación y alguna –muy pocas- tiendas de ropa, tienen dependientes)/ 6- continuará no vendiendo falsificaciones/ 7- Ofrecerá las garantías que le proporciona su proveedor (y eso no es siempre una garantía)/ 8- su producto será legal, (¿se ha preguntado alguna vez cómo se legalizan los productos? Por otro lado, ellos tampoco venden droga)/ 9- no se esconderá de la policía (porque la policía no le persigue)/ y 10- No estafará. (¿Cree que ellos sí? y ¿En qué se basa?) 
  
Controvertido asunto. Pues, una vez estudiado ese papel, tendrán que admitir que se equivocaron de adversario. Que su situación no se transformará cuando ellos no estén. Que si quieren que eso suceda, tendrán que hacer algo más que perseguir negros por la jungla de asfalto o por las  playas.

Nos dejamos engatusar por cualquier cebo que nos pongan y nos distraemos de lo importante que es plantar cara a quien pretende atenazarnos con sus normas. Porque, como dice un muy buen amigo mío, todos somos top manta (o deberíamos serlo).

Ahora esos chicos perseguidos piden regresar a sus orígenes.

-Si no podemos trabajar, ayúdennos a volver a casa. Hemos gastado aquí, todo lo que teníamos.


En esa época, típica hucha del Domund
Piden la repatriación.

Señor, si no han cambiado los tiempos… ¡pensar que, cuando yo era niña, en las escuelas ya se recogían dineros para socorrer a los negritos de África!
A esto lo llamo yo, echar leña al fuego
P.D. Hoy, 3 de Agosto, a las 21:15 hrs., ya acabada mi disertación y contraviniendo mis normas de acurrucarme en el hogar, salgo a la calle y me topo con la pancarta de la izquierda. 

La Generalitat de Catalunya, como corresponde a un poder más, también pretende confundirnos. 

Que no se escondan, que no nos líen, aun que tiremos de la manta, su gestión nos ahogará.