miércoles, 19 de septiembre de 2012

Lo que nos asemeja, ¿nos hace diferentes?

Divagaciones en una hermosa jornada
Iba yo un día andando tranquilamente por la calle, con ganas de mirar. Era unos de esos días que te has levantado como si el sueño hubiera archivado todas tus pesadillas, como si el descanso pusiera las piezas en su sitio: el cielo es azul, el sol resplandece, la naturaleza está en flor, las mariposas vuelan, los pájaros cantan, las gentes sonríen…, etc., etc., y etc. ¡Todo el mundo es bueno!

Si las sensaciones pudieran encargarse, yo me encomendaría una así regularmente porque, prescindiendo del amor, no conozco una percepción superior a la que te procura la paz. Y yo estaba en paz con todo bicho viviente.

Bueno pues, con ese inmejorable estado de ánimo, deambulaba por ahí contemplando lo que me rodeaba: edificios, establecimientos, farolas, mascotas, coches, autobuses, bicicletas, personas…

-¡Mire qué pinta, hermana!- Oí murmurar a mis espaldas con cierta rechifla.

Me giré y vi  a una mujer que hablaba con otra mujer vestida de monja. Y el centro del comentario  no era yo, por raro que pueda parecerte, sino una señora árabe ataviada con la vestimenta de su país.

¿Qué quieres que te diga? Hace tiempo que nada me parecía tan chocante. En cierto modo, voy a frivolizar. Pero déjame que te lo ilustre para que no haya dudas ni malas interpretaciones.
Salta a la vista, ¿verdad? ¿No se diría que van al mismo modisto? O lo que es igual, ¿no parten del mismo hábito? (Y cuando digo hábito me refiero a costumbre y a vestimenta)


El velo en ciertos paises es algo obligatorio que denigra a la mujer.(sic) Es una imposición cultural o de sus "hombres".(sic)
Una monja elige ser monja y hay ordenes que se tapan la cabeza y otras que no.(sic)

amigo debes saber que el islam lo dicta.. para que la sociedda se mantenga limia y sin crisis de valores.. si en europa todas las mujeres ya no estan virgenes y ponen su imagen y sus fotos e ncadenas de internet.. en el mundo occidental la mujer ya no tiene sentido.. todas disfrutan edlsexo de manera ilicita.. no asi es el aniamL? la mujer musulmana lleva elvelo para no despertar malos pensamietos en los hombres sobre todo en los jovenes.. para no excitarles sexualmente!

el velo no solo lo llevan las musulmanas pero tambien las monjas.. pero las crtistianas respetan esta doctrina solamente en la iglesias!! pero las muuslmanas practican el islam en todos los lugares..y no solo en los templos..(sic)

En estos dos enlaces se leen opiniones opuestas. Aunque siempre respetables, claro. Pero, a mi juicio, atuendos de moras y cristianas, tienen mucho que ver con la debilidad del varón y su necesidad de imponerse (que no olviden los católicos que sus féminas eclesiásticas, por más que elijan servir a Dios como los imanes, los rabinos o los sacerdotes, no pueden escuchar confesiones ni perdonar pecados u oficiar misas o tocar hostias consagradas -salvo que no pertenezcan a la Iglesia Católica Antigua, llamada también Veterocatólica-. http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_cat%C3%B3lica_antigua Además, hasta hace bien poco, no sólo se cubrían la cabeza, también se rapaban el pelo). Y al igual que las novicias,  me parece que las damas del islam, en general, no se sienten obligadas, ni denigradas, ni discriminadas. Más bien perpetúan las costumbres de sus mayores como lo hacía mi abuela que, tal que todas las abuelas de su época, a partir de determinada edad, se vestía de negro.

Dicho esto, y a pesar de que no venga muy a cuento, no entiendo porque no se puede ir a estudiar si llevas chador o hiyab y sí, si vas con toca y hábito.

Si te he hecho creer que justifico la ablación, el burka, la clausura o cualquier violencia, incluida la llamada de género, o que voy de discurso feminista, has errado el tiro. Lo mío, hoy, va de otro palo: ¿la paja en el ojo ajeno? 

A éstos también parece que les viste el mismo sastre, ¿a qué sí? No obstante uno es devoto monje cartujo y el otro un venerable vecino de Marraquech. 
Que  yo sepa, nunca nos ha preocupado las sotanas, pero nos cuesta un montón digerir la chilaba moruna, ¡si hasta nos parece un mamarrachada!

Otro detalle a tener en cuenta: católicos, israelitas e islamitas comparten el gusto por el casquete (y me refiero al gorrito que, de otro tipo de casquete –aunque es posible que suceda lo mismo-, no tengo referencia), por el cordero pascual, por el pan ácimo (la eucaristía no deja de ser un pan sin levadura), los ayunos (no hace tanto los católicos comprábamos bulas papales para poder ponernos las botas), por el antiguo testamento…



En el caso de árabes y judíos las similitudes aumentan (su referente religioso es Abraham, ambas religiones practican la circuncisión, tienen prohibido beber alcohol, comer carne de cerdo y los dos de sacrifican a los animales –hala y kosher- de una manera muy similar, por ejemplo). También usan la misma manera de leer: empiezan por la última página, acabando en la primera y lo hacen de derecha a izquierda. Es bien probable que  aun tengan más analogías que desconozco.

Estas coincidencias vienen a reflejar algo muy antiguo que los fraterniza, que nos fraterniza a todos.

Y lo curioso es que, cada confesión, cuando menos, mira con recelo a la otra. La considera esperpéntica, impía. Desacredita sus tabús en favor de sus parecidos preceptos. Y digo “cuando menos”, porque cuando más, están zarpa la greña y llegan a las manos, a la guerra abierta.

(Al respecto, no estaría de más tener en cuenta que todos han practicado en algún momento algún tipo de guerra santa: Yihad, Sionismo, Cruzadas y, por si algo nos parece lejano, mencionaré también el conflicto del  Úlster.) http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_santa

Cierto que los árabes han perdido el esplendor y refinamiento a los que nos tenía habituados en la España mora (de lo que cabe aprender que la gloria es efímera y que, hasta los más altos, pueden caer –tampoco sé yo si esa exquisitez era aplicable a todas las clases sociales-.) Pero aun más indudable es que los bautizados hemos traspapelado el “amar al prójimo como a nosotros mismos”. 

Asimismo es verdad que, en nuestra sociedad, quizá porque cada vez hay menos vocaciones, se hace más  difícil ver, fuera de los días festivos, sotanas, hábitos, túnicas, chilabas, velos, tocas y alzacuellos.

(¡En menudo jardín me he metido otra vez!)

La paradoja es que, lo que presumimos que nos diferencia, en definitiva, nos descubre muy pero que muy parecidos. Iguales.